
cuando la mañana asome,
y de nuevo el día crezca
y yo con él
te contaré de mi pulso
el verde amanecer,
la estúpida estampa de mis manos
en la fría avenida,
el viento bosteza en los portales
aún la mañana duerme
y la noche es silente, calma, nube
y yo, raíz sin agua, mar de arena
corazón en germen
te contaré de mi pulso
la negra batalla, la cruel verdad
cuando la noche duerma
y de nuevo una mañana despierte
y yo con ella
te contaré de mi pulso
la lenta música, el sordo ruido
el lecho cómodo de los recuerdos
cuando los días crezcan, uno a uno,
y yo con ellos
te contare de mi pulso
la eterna despedida.