
Soñé con llenar un estanque de hojas escritas...
Soñé...
Soñé ante un vacío interminable
con arrojar de golpe cien maletas azules
colmadas de papeles y madrugadas
hojas repletas de palabras y ojos
de nostalgias y dedos
de corazones y relojes
de horizontes
de munición
ay, pero apenas conocía el comienzo de todo
y solo una nube, solo una nube de nada
coloreada de letras
atravesaba rauda mi cabeza
letras sin orden, desordenadas
letras crueles como vampiros
dulces como un amor de tardes
algunas, algunas tan mayúsculas como un desconocido abismo
otras, otras tan pequeñas como un placer minúsculo
y otras muchas, misteriosas como los sueños