Botella al Mar: diciembre 2006

domingo, 31 de diciembre de 2006

felicitación a destiempo

amiga

como palabra primera

no quisiera contarte silabas esta nueva noche

ni palabras

ni acentos

en este minuto

quisiera tatuarte a fuego

en la puerta de los dias que quedan por venir

todo un remanso de calma chicha

de paz a secas

quisiera

que retuvieras en las palmas de tus manos

el abrazo de todos aquellos que te miman

y te quieren por siempre

P-D: solo escrbía para decirte que te quiero


cerrando el diario

Para empezar el año con palabras....

Mirad

miren a los ojos

verán la viva imagen de la realidad...


viernes, 29 de diciembre de 2006


a veces
sumergido en el paisaje
de la barra de un bar
me pregunto si aquello
que en su día vivimos a 140
valío la pena

tambien el camarero se pregunta
por qué las noches son eternas
y nadie
le responde



P-D: gracias a un poeta cordobés por prestarme sus palabras




Podría intentarlo, probar a subir un escalón más, puede que al final uno roze el delirio con las yemas de los dedos y respire aliviado. Quisiera subir justo allí donde la cara de la luna siempre es amable, con mi talonario de tentaciones, decir que estoy vivo, que guardo algunas melodias que aún me erizan la piel.

De igual modo, también quisiera congelar el momento, descontar peldaños, aprisionarlo en cualquier esquina, esconderlo en la guantera del coche...

Por qué no regresar a aquellos instantes donde eramos lo mejor de nosotros mismos, permitiendo que las promesas escaparan barandilla arriba. Por qué no perseguir los pronósticos lanzados en aviones de papel sin rumbo fijo, resumiendo con tinta azul el capricho del destino.

De todas formas, intuyo que el vértigo lo dejé olvidado en algún aeropuerto, así que subiré a buscar mi trozito de cielo.




P-D: feliz año a todos ustedes

jueves, 28 de diciembre de 2006



Pasión, indómita palabra.

Quizás sea la pasión el paraiso soñado de los sentidos -vaya uno a saber-, tal vez, ese reducto de sentimientos registrados en el alma, hábitat de aquello que percibimos de una realidad desconocida que desearíamos conocer.

Puede ser.

Quizás, todo consista en tender al tiempo la mano de los cinco sentidos para comprobar que mantenemos intacta la forma de desear.

Razón, virtuosa palabra.

Seguramente sea la razón el centro fijo donde hacer girar los pensamientos, tal vez, sea esa dimensión triste del camino que recorremos, fuerza que nos somete y nos envuelve cada minuto.

Ya lo apuntaba Descartes: "Pienso luego Existo"

Pensándolo bien, desde ésta mi ventana me preguntaba:

Algún filósofo se le ocurrió decir vez alguna: "Deseo luego Existo".

Quizás todo consista en contemplar la vida a nuestro antojo para comprobar que somos fieles con nosostros mismos.

P-D: maldita razón aquella que me impide asaltar tus labios.

miércoles, 27 de diciembre de 2006




A modo de homenaje
me dispongo a contemplar un nuevo atardecer


me conozco
no quiero hoy exponer el hilo de mi música
triste y lenta

solo silencio y risas

quiero contar que este atardecer tiene algo diferente
no digo ya pálido
monótono
digo diferente

me conozco

asi que hoy
buscarme en este lento atardecer de diciembre

si agudizas un poco la vista
me verás allí
donde la sonrisa
se convierte en gesto indispensable
para vivir


P-D: sobran las palabras

martes, 26 de diciembre de 2006

NOCHE

A fin de cuentas
la edad barrerá aquellos lugares que pisamos
el tiempo disfrazará el paisaje de estación en estación
y tal vez, en esta misma noche
otros individuos
encuentren las hojas escritas del pasado
todo aquello que lanzamos por la borda
al ancho mar de la rutina
tal vez escarben y hallen el último gesto
los momentos fosilizados del cariño
y den con nosostros
con nuestros abrazos de dos a tres
los sueños que no supimos mantener a cubierto
los silencios que se anclaban de domingo a lunes
es posible
-incluso probable-
al fin de cuentas la ciudad seguirá imparable
y tal vez
otros individuos -curiosos-
traten de hacer suyas
aquellas noches

noches como ésta que pasa


P-D: castigame con tu silencio

miércoles, 20 de diciembre de 2006



A manera de sueño, hágase la noche

sin estrellas

ni gatos

sin basureros

ni fantasmas

solo noche

A manera de luz, hágase la noche

para seguir soñando despierto

martes, 19 de diciembre de 2006

...La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos
que duermen en la playa..."
José Hierro


TE PIENSO OBSTINADAMENTE

lunes, 18 de diciembre de 2006




quedó el sexo
emociones hechas cenizas
en la antesala del pecado
sobre la esquina del deseo
el postre de una certera cena de besos
la lenta huida del campo de batalla


peco

manos inertes
ojos ciegos
sabanas mudas

todo sabor
dulce sabor

quedó el viento
sollozando entre los brazos
en la línea roja de la agenda festiva
en la débil frontera de los cinco sentidos

jueves, 14 de diciembre de 2006


Juraría que ayer te vi surcando mi playa.
¿quién lo diría?, tras largo tiempo contemplando
perplejo el paso acelerado del invierno,
quedo maravillado al ver de nuevo tu barco rompiendo olas.
Como decía Albert Einstein "¿qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?".
¿quién lo diría?
el viaje se sucede sin pausa
y el frio arrecía allá en el espigón.
Una gaviota queda inmovil en la arena
y la playa se hace corazón de anemona
-No te marches-
tres tímidas caracolas te hacen señas de humo
-¿las oyes?-
las sirenas endulzan su canto
-contempla-
un desenfrenado vestido de lino blanco
se empeña en moldear tu figura al compas de una suave brisa
y los cangrejos salen a pasear con sus harapos
¿quién lo diría?
en mi último sueño de madrugada
juraría que te vi pasar
y
no
te
marchabas.
P-D: me tome la licencia de hacer mía la estampa.

miércoles, 13 de diciembre de 2006



mi pequeño gorrión

medita y duerme

tu halcón vigila


caprichosamente

dos palomas cruzan la noche

de mi tacto a tu nido

de mi nido a tu miedo


la estrecha mañana

bosteza y muerde

tu nombre escapa


un verso salta por la ventana

de mi fiesta a tu guerra

de mi guerra a tu olvido


la pálida noche

tiembla y arde

aullando como un lobo


el frio no cesa

tu recuerdo despierta

mi cruel espejo habla

y habla


tu voz calla


caprichosamente

el reloj exprime el tiempo

lunes, 11 de diciembre de 2006


FELIZ NAVIDAD
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Para que todos los días venideros
nos reserven en nuestro camino
ese pequeño mundo de ilusiones
que guardamos a flor de piel
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(P-D: no olvidé introducir en la botella la salud que anhelan aquellos que no la atesoran, arena, olas que van y vienen, versos y besos, algunas sonrisas para aquellos que enmudecen olvidados, caracolas, gaviotas y cientos de abrazos para los que hacen del cariño su credo)

jueves, 7 de diciembre de 2006


qué más da, si me marcho
si el día terminará por caer por la borda
sin salvavidas posible
qué más da
quedemosnos a la deriva
como los minutos que pasan sin más
como los sueños hechos de trapo

qué más da
si el viento sopla y me marcho
si el tiempo acabará por hacernos
a su imagen y semejanza
sin escapatoria posible
qué más da
olvidemos las llaves del destino
como las citas que nunca llegan
como la caricias que se dibujan
en papel de aire

martes, 5 de diciembre de 2006



Era un día fresco, poco antes de que el sol marcara el final de la noche. Pensé en recobrar una querida costumbre: dar largos paseos por el parque para terminar, como solía hacer, sentado en aquel banco junto al enorme ficus verde de la entrada.

Hacía no menos de diez meses, muchos días que no asomaba la nariz por aquí, y ahora, una tormenta azotaba a todos aquellos árboles sin hojas. Por un momento me sentí como un extraño, ahora que volvía a aquel pequeño rincón de paz que guardaba la ciudad; sentí como si el trabajo se hubiera amontonado con el paso de los días, esa tarea de contemplar cuanto acontece cuando todo sigue su destino.

Siempre me gustaron de forma especial los días de lluvia en el parque, durante días y días, el laberinto de senderos que dibujaban los arbustos quedaban lleno de charcos , y yo, pasaba largo tiempo buscando un lugar seco donde protegerme los tobillos del constipado de turno.

Por unos instantes, una hoja que caía por su propio peso me atizó el rincón de la memoria, de forma que pensé en aquel par de palomas que tenían su nido en el olmo de la punta oeste, también pensé en aquel jardinero de pelo blanco y verdes pantalones que solía recortar el cesped cada viernes por la tarde y, como a la derecha de la fuente las palomas disputaban las migas de pan que una alegre anciana les arrojaba con toda su fuerza cada mañana.

Por unos instantes, recordé la imagen de aquella joven que cada mañana de domingo se tumbaba en el cesped junto al verde y enorme ficus de la entrada. Cada mañana de domingo, me pasaba los minutos y los minutos contemplando sus gestos pero, por más que yo miraba ella siempre parecía sumida en su propio pensamiento.

- ¿Cuál sería su nombre?,

¿Cómo se titularía el libro que tenía entre las manos?,

¿Qué tenía de especial? - me preguntaba mientras paseaba.

Aún conservo el cuaderno que me acompañaba cada vez que asomaba mis pasos en el parque, un cuaderno lleno de pegatinas y borrones, -¿cómo iba a volver a mi casa con las retinas colmadas de bellas estampas y las hojas en blanco?- me decía a mi mismo.

Hoy confieso que fuí incapaz de escribir ni siquiera un breve momento de todo cuanto acontecía en aquel pequeño y breve mundo. Hoy, hacía tiempo que no paseaba por aquí, que no recostaba mi cabeza en este tronco adornado de letras, y ahora, una fina lluvia moja a los gorriones en las ramas y una inesperada gripe asoma en mi garganta.

Pero, aún lo recuerdo...

Era un domingo fresco, recién había terminado el verano, recuerdo que permanecía sentado a los pies de aquel enorme y verde ficus, junto al banco, con todos los interrogantes que solían acompañarme y todo un catálogo de gestos. Observé como la joven tumbada en el cesped se acercaba a mi, era la primera vez que la contemplaba sin su libro entre las manos, sin su cesped de manto:

-oye, ¿qué quieres escribir?- me preguntó

- una historia - le contesté

-¿cómo la titularás?- preguntó de nuevo

-tan solo sé que...

tú apareces en ella de principio a fin-

lunes, 4 de diciembre de 2006

cartas sin respuestas


pensaba recorrer el mar
jugar con las gaviotas
articular palabras
fundir mis manos en versos

todavía creo en los cantos de sirena
en el atardecer
en las olas

pensaba perder la mirada
en el horizonte que miras
anclarme en tu roca
de pie juntillas
en recorrer el mar
volver a tu marea
a tu velocidad

todavía creo en mis brazos
en la distancia
en tu encuentro
Siempre tuyo: el pensador de Rodin



pensaba perderme en el bosque
tatuar tu nombre en los árboles
susurrarte al oido mi canto
fundir mis manos en caricias
todavía creo en el horizonte
en los barcos que regresan
en el cielo
pensaba ser gaviota
en el horizonte que anhelas
anidar en el frio metalico de tus brazos
poblar tu pensamiento
tu música
tu interrogante
todavia creo en tus brazos
en la distancia
en tu encuentro
Tu amada: la sirenita de Copenhague

viernes, 1 de diciembre de 2006


cuando la mañana asome,
y de nuevo el día crezca
y yo con él
te contaré de mi pulso
el verde amanecer,
la estúpida estampa de mis manos

en la fría avenida,
el viento bosteza en los portales
aún la mañana duerme
y la noche es silente, calma, nube
y yo, raíz sin agua, mar de arena
corazón en germen
te contaré de mi pulso
la negra batalla, la cruel verdad

cuando la noche duerma
y de nuevo una mañana despierte
y yo con ella
te contaré de mi pulso
la lenta música, el sordo ruido
el lecho cómodo de los recuerdos

cuando los días crezcan, uno a uno,
y yo con ellos
te contare de mi pulso
la eterna despedida.