Y me burlo del tiempo, de la
fría soledad,
y me hago
anónimo en el censo de tus miradas
y le saco punta a mis dedos
y dibujo con la tinta indeleble de la ausencia.
-no indagues quién soy-
La soledad es absurda como una cama vacía, como una sinrazón, inquieta como un laberinto de edredones sin salida, sin el plano único de tus piernas...
-no pronuncies mi nombre-
Entonces crezco con el silencio
y ardo con mis razones en la hoguera del pensamiento
y reservo de la noche su reiterada caricia
y cabalgo entre mis brazos buscando tu dulce abismo
y tildo el horizonte con tu figura
y me hago
anónimo para abandonarme
en tu pecho.